miércoles, 29 de diciembre de 2010

Desde cero

Regálame una noche llena de magia, con olor a tierra mojada.
Cerraré despacito los ojos y me inundará una profunda alegría, ésa que me posee cada vez que miro tus ojos. Ésa que ya no recuerdo.

Ojalá pudiera respirarte, ahora; para siempre.
Deseo que cicatricen las heridas de éste estúpido corazón con sabor a pomelo, y que comience la etapa del algodón de azúcar. Nunca me gustó, pero hoy tengo la sensación de que me volvería loca a partir de este instante. A veces me dejo sin habla a mi misma. Y esas veces es cuando más me gusto. El resto del tiempo siempre hay algo que discutir, en cambio esas veces está todo claro aunque sólo sea que nada lo está. Qué divertido.

Aparece de una vez, y teje los agujeros que encuentres, que no serán pocos, y desmonta por fin todo lo que está mal, vuélvelo a crear. Desde el principio; desde cero. Como siempre tienen que empezar las cosas.
Como siempre tienen que acabar.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Quiero ser tu primera vez.
Quiero que te metas en mi laberinto imposible y consigas salir como si tal cosa. Que lo difícil te parezca fácil, y que nada de lo que te pueda decir te sorprenda.
Quiero que te tomes con normalidad que un día sí y otro no, que no te moleste si un día no quiero hablar y al siguiente me muero por verte.
Quiero que respires profundo cuando te acercas a mi pelo. Que te quedes pensando y ser capaz de saber lo que piensas sin preguntarlo.
No quiero tener dudas continuas, ni preguntarme si las cosas en algún momento serán diferentes. No quiero anclarme en un momento porque sí. Lo que no se mueve, se caduca.

Y poco a poco quiero que pasear no me traiga recuerdos. Quiero oler el mar y no irme a otro lado instantáneamente.
Que tu reflejo no esté en cada lugar y que tus palabras no salgan de mi boca sin pensarlo, por instinto.


Archiva las cosas de las que ya te has examinado, carpetazo y hasta luego.
Primera lección de la vida que aun no he conseguido aprender. Estúpido corazón.