lunes, 17 de enero de 2011

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Qué tremenda sensación saberte en medio de la nada y tener sed. ¿Y entonces, de dónde sacas agua? Yo nunca supe distinguir un peral de un manzano, cómo voy a saber debajo de qué duna hay agua.
Que sensación encontrarte con caras conocidas y no ser capaz de contar a nadie lo que te pasa, no tener ganas de hablar, de mirar a nadie. ¿Dónde exactamente acaba lo ficticio y empieza lo real?. Lo reconozco, tengo una crisis de sentimientos. Una crisis de humanidad. De corazón.
Ya no distingo si vivo o sobrevivo, no aguanto ni yo mi propia ironía, esa que en este momento me taladra la cabeza.
Me da la sensación de que nada es real. Igual me he pasado con los alucinógenos.
Ya va siendo hora de despertar, malditas hormonas.

A los camiones de basura les gusta hacer a ruido a las tantas de la mañana porque es lo que hay, y hoy envidio a esos malditos camiones que no se cortan, que hacen ruido y se dejan sentir, que al menos reconoces sin que haga falta mirarlos. Me pregunto si habrá alguien sobre la Tierra capaz de actuar como esos puñeteros camiones de basura.
Nunca entendí el motivo por el que la gente actúa como actúa, quizá sea yo la loca, me cuesta creer que sea la única cuerda sobre el planeta. Qué maldición. Ojalá la regadera más grande fuera la mía y así no me asustara comprobar día tras día que la humanidad sólo es un concepto, que todo es pura teoría, que las personas se mueren y consigo se llevan esperanzas y sentimientos de quien en algún momento de su vida contaron con ellas. O quisieron contar con ellas.
Ojalá algún día entienda cual es el puto motivo de la existencia.

domingo, 16 de enero de 2011

Ahí me tenéis en uno de esos días en los que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima.

Yo sé que siempre hay salida, pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecha una porquería. Pasan los años, los proyectos, los sueños...¿Recuerdas cómo querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera. Todo es mucho más complejo.
Responsabilidades, luchas, deberes...Sonreír cuando no te apetece... Mentir para no hacer daño a la gente que quieres. Fingir cuando perfectamente sabes que te mienten.

¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres? ¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente?
He sido un cobarde disfrazado de valiente. Siempre pendiente del qué dirá la gente.
Escondo mis miedos para parecer fuerte. Pero ya no más, es hora de ser consecuente porque...
Porque creo que lo he visto, amigo, y...

Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.

Con esto me hago una promesa: Y es hacer lo que sea para encontrar soluciones, no problemas. Sé que no soy perfecto. Bien, no me castigaré más por no serlo.
Voy a aprender a decir que no, a aceptarme como soy, a medir el valor. Porque a veces fui valiente por miedo. Sé que suena extraño, pero ¿sabes qué? Lo peor de todo es que es cierto.
Hoy busco dormir a gusto. No suena muy ambicioso, pero créeme, es mucho.

Llevo treinta años estudiando la vida. ¿Que no hay mal que por bien no venga?
Eso es mentira.

Me centraré en lo importante: En mi familia, mis amigos, mi pasión por el arte... Aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando, porque estar de bajón es humano.
No pienso rendirme ante ningún problema. Confío en mí y soy capaz de vencer lo que sea. Volveré a caer millones de veces, pero siempre volveré a erguirme, porque me di cuenta de que,

Quizá la clave para ser realmente libre sea:
Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo..