He perdido la inspiración, ¿qué pasa?
Me siento en la silla delante de una hoja de papel en blanco que acostumbraba a hablarme sola y me iba diciendo la letra que seguía a continuación, una detrás de otra, una detrás de otra...
Ahora los pensamientos se amontonan y de tanto juntarse no hay Dios que los separe, ni Dios que los entienda. Ni Dios que los escriba. Antes era mi forma de desahogarme, ahora lo intento y me ahogo más.
Dicen que una mente ociosa es una muerte prematura pero, ¿qué narices es una mente que no deja de dar por saco? ¿Acaso es eso vivir?
Me contaron una vez que las emociones eran sólo unas hijas de puta que tratan de absorber el estado de ánimo de quien las deja fluir, ¿estoy entrando en una especie de espiral sin sentido? Mierda, creo que sí.
Un día te levantas y te preguntas, ¿esto es realmente lo que quiero hacer? ¿Soy realmente como siempre he querido ser? Siempre intentando ir por el camino que yo elijo, no por el que te marcan, y llega un momento en el que te preguntas si realmente eres o no esa oveja negra que siempre has estado orgulloso de ser; REPITO: ¿Qué pasa?