miércoles, 23 de noviembre de 2011

Crees que vives y es entonces cuando te das cuenta de que realmente a veces lo único que haces es sobrevivir, pasar los días sin más. Estar esperando por cosas o gestos ajenos que te alegren el día o te marquen una ruta. Te das cuenta de que la semana pasa volando y no te acuerdas de lo que haces, porque todos los días son iguales, porque no hay nada de especial entre uno y otro. Que controlas impulsos, que controlas palabras, que lo intentas controlar todo. Que tu estómago es una jodida olla expres que tienes que aguantar hirviendo. Porque es lo que toca.


Te das cuenta de que pasas la vida esperando y esperando por momentos o situaciones que nunca llegan, porque tú no lo provocas. Porque son mil miedos los que te rondan la cabeza y no te dejan ser tu mismo, abrirte de verdad y dejar salir lo que tienes dentro.


Ufff que día más gris.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Hoy sentada en el tren se me han pasado mil cosas por la cabeza.

Mil personas que te cruzas, mil miradas perdidas en ninguna parte con 'diossabequé' pensansamientos rondando por sus cabezas, trenes que se cogen, trenes que se pierden....


Escuchando música sólo tenía dos pensamientos: llegar en hora, y tú.

Hay que ver lo mucho que puede estar presente alguien sin estarlo realmente, cómo en cada canción puedes buscar frases dignas de apropiarte, cómo en cada pestañeo puedes fantasear con que estás en otro lugar, en otro momento.


La vida es corta, o no. Lo único que sé es que quiero contarte cómo es. A tí. Y hasta que acabe.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Dame unos minutos.


Tal vez debí pedirlos antes. Tal vez debí aprovechar los últimos que me diste. O tal vez no tuve tan claro que los quería hasta ahora.

No te aburriré con estúpidas frases para el recuerdo, ni haré que todo suene a una despedida inmunda. Ni pretendo eso ni creo que lo quieras tú.

Ahogué durante inmensos amaneceres mis ansias de llorar(te), y de pedir(te) que salieras de mi mente, que me permitieras dejar(te) atrás. Y ahogué éso y mucho más por temor, tal vez, a que se hiciera realidad. Ahora me gustaría decirte todo lo que siempre he callado, todo lo que nunca has creído, todo lo que nunca pensé que sería capaz de decir.

Por eso quiero unos minutos, no muchos. Sólo los suficientes.

Y esos los dividiré en dos, los mínimos serán para decirte todo éso de lo que hablo, el resto para darte el más sincero de mis abrazos, el más puro que recibirás jamás.


Si el tiempo cura todo y pone todo en su sitio es para que puedas avanzar.

La vida no es tan mala como a veces parece, ni tan ruín, ni tan hija de puta como la pintan. Siempre lo supe: hay momentos y momentos. Y según va pasando el tiempo más entiendo mis propias palabras.

domingo, 9 de octubre de 2011

Adoro levantarme por la mañana oliendo a café. Y me encanta más todavía si en la cocina hay alguien.
Todos los momentos tienen su cosa, o ...¿era que todas las cosas tienen su momento...?

Esta noche he tenido un sueño extraño, pero uno de esos que hacen que te quedes pensando en si la vida real es como tiene que ser...o no.
Hoy me apetece llenarme el corazón de emociones fuertes, hoy me apetece llenarme de vida, tener el estómago a punto de explotar por los nervios...y sentirte al final del camino.

Los laberintos suelen tener alguna forma de salir, aunque en ellos te desesperes y te hundas mil veces... pero en el fondo los retos a todos nos motivan, ¿quieres ser el mío...?

lunes, 26 de septiembre de 2011

Amor. Rabia. Deseo. Deseos. Impotencia. Calor. Frío. Sentimientos. Sensaciones. Miradas. Tacto. Ahogo. Alivio. Suspiro. Ganas. Decepción. Desesperación. Euforia. Locura. Amistad. De nuevo, Deseos. Alegría. Sueños. Metas. Ilusión. Ilusiones. Tristeza. Discusiones. Tristeza. Túnel. Luz. Aliento. Abstracción. Explosión. Caídas. Remontadas. Fuerza. Valor. Cojones. Chispa. Chispas. Yo.


No sé ser de otra forma. No quiero ser de otra forma.

domingo, 25 de septiembre de 2011

No imagino cómo serán tus manos sobre mi piel, pero quiero saberlo. No imagino cómo me mirarás cuando esté a punto de explotar, pero quiero saberlo.

Tiendo a buscar en las grietas de las baldosas respuestas profundas a las preguntas estúpidas que mi mente se hace, y claro, ese nunca fue un buen sitio para buscar nada. Por eso siempre encuentro la misma mierda.

A partir de ahora intentaré no hacerlo más, intentaré que no me duelan las malditas ausencias y disfrutaré más de cada gota de agua en la ventana, de cada paso hacia delante, de cada tú en otro.


Me gusta imaginarte sonriente, lleno de vida, llenándote de fantasías imposibles que yo haré realidad. Me gusta coger una mochila y salir a caminar. Me gusta que de repente se ponga a llover. Me gusta llegar empapada y tener un mensaje en el móvil, me gusta que me recuerdes, que me eches en falta.


A veces la gente tiende a pensar que si no cuentas cada pelo y señal de tu vida no eres alguien de fiar, escondes cosas oscuras que te hacen más psicópata que a ellos: señores, todos tenemos un punto de locos, todos tenemos cosas que callar, y todos tenemos el derecho a intentar parecer enigmáticos. La diferencia es que a unos les viene de serie, y otros se pasan la vida intentando serlo. Quizá te centres en intentar llamar la atención con algo que no te pertenece, cambia de acera. O libera(te). Intenta seguir tu camino, escucha lo que te dice tu interior, no la opinión pública. Bah! Ésa en el fondo siempre miente, sólo te dice lo que los demás quieren oír. No vale para nada.


Por eso te quiero en mi cama. Aquí. Ahora. Y me da exactamente igual lo que piense quien sea al respecto, no te diré que quiero ir al cine o a tomar una caña. Estúpida manera de disfrazar mis intenciones. Quiero unas horas de tu presencia y me muero por hundir mis dedos en tu pelo. Es lo que hay.

Después ya veremos si tomamos una cerveza, o no.

viernes, 8 de julio de 2011

He perdido la inspiración, ¿qué pasa?
Me siento en la silla delante de una hoja de papel en blanco que acostumbraba a hablarme sola y me iba diciendo la letra que seguía a continuación, una detrás de otra, una detrás de otra...
Ahora los pensamientos se amontonan y de tanto juntarse no hay Dios que los separe, ni Dios que los entienda. Ni Dios que los escriba. Antes era mi forma de desahogarme, ahora lo intento y me ahogo más.
Dicen que una mente ociosa es una muerte prematura pero, ¿qué narices es una mente que no deja de dar por saco? ¿Acaso es eso vivir?

Me contaron una vez que las emociones eran sólo unas hijas de puta que tratan de absorber el estado de ánimo de quien las deja fluir, ¿estoy entrando en una especie de espiral sin sentido? Mierda, creo que sí.

Un día te levantas y te preguntas, ¿esto es realmente lo que quiero hacer? ¿Soy realmente como siempre he querido ser? Siempre intentando ir por el camino que yo elijo, no por el que te marcan, y llega un momento en el que te preguntas si realmente eres o no esa oveja negra que siempre has estado orgulloso de ser; REPITO: ¿Qué pasa?

domingo, 8 de mayo de 2011

Dicen que recolocar los muebles en una casa ayuda a dejar atrás viejas cosas y a renovar ciertos aspectos de tu vida. Hay muchas personas que en algún momento lo hacen, es como si les ayudara a dar un cambio; en lugar de ir a la peluquería , cambian las cosas de sitio.

Siempre me pareció una estupidez. Ahora pienso que igual no es tanta tontería, pero quizá en vez de cambiar los muebles de sitio, yo lo que cambiaría son algunos pensamientos, sensaciones. Ahí es donde todos queremos llegar. O eso creo.

A mi lo que me joden son los post-it, esos pequeños tapahuecos que primero se acoplan perfectamente y luego no hacen más que despegarse, malditos fraudes. El problema realmente es grave cuando aparece en tu vida una persona post-it (y hay tantas..), ya no sólo se te olvida comprar el queso porque obviamente perdiste la nota, ahora se te olvida por un momento lo estúpido que te sentías hace 5 minutos. ¿Y todo por...? Por el post-it.
Es algo pasajero, igual puede durar 7 minutos o puede durar 3 meses, qué más da, el caso es que se terminará despegando. Menudo timo. Y cuando se despega, vuelves a darte cuenta de que esa sensación de hueco tapado era sólo eso, una sensación. Ahora vuelves a sentirte como antes, añadiendo un halo de fracaso que te da unas ostias en la cara que nunca pensaste recibir.

Menuda puta mierda, me molesta ese chillido interminable de la loca de mi vecina. No me hacen nada los "desconocidos", pero me ponen nerviosa. A veces te cruzas con ellos en el descansillo del portal, o subes con alguno en el ascensor, y no haces más que mirar el pequeño hueco donde va poniendo el numerito del piso por el que vas, y piensas en lo eterno que se te hace subir hasta el tercero. Cruzas una mirada tímida pensando "que incómodo no tener nada de qué hablar con este vecino ,"desconocido", pero no! a mi me dan ganas de decir "¿eres idiota? ¿por qué no me miras a la cara? conozco más cosas de las que pasan en tu casa que tú mismo, os escucho cada mañana discutir, y tú ni me miras a la cara. Será idiota".

Mírame, gilipollas.

sábado, 12 de marzo de 2011

Acabemos con esto de una vez.

Voy por la calle y de pronto me doy cuenta de que no tengo ni la menor idea de a dónde voy; ¿pero qué pasa? madre mía, me he vuelto a evadir, he vuelto a perderme una vez más.
Me he pasado la calle, la manzana, la ciudad. Me he pasado todo. Joder, ahora a dar la vuelta.

Anda que.... ¿por qué siempre igual? ya no quiero dar más la vuelta, así que por esta vez me voy a quedar aquí, a ver qué me ofrece este sitio.
Y bueno, los desconocidos realmente son eso, personas que se cruzan contigo y que no tienes ni la más remota idea de quién son, pero ¿qué importa?. Oh, cuánto me gusta cruzarme con desconocidos. A veces tengo la sensación de que esas personas son las únicas con las que quiero hablar, que son las únicas que pueden entender aunque sea por un segundo lo que digo, ¿un segundo? sí, después se habrán olvidado. No importa, eso es lo que quiero, no tener que estar una y otra vez recordando lo que dije en el minuto 1 del día 2 del mes 3 del año 4. Imposible. Qué catástrofe.

Así es más fácil.

Creo que mi lavadora mental necesita joderse.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Hazme caso. No dejes que pierda el interés. No dejes que vuelva a andar el tren y haz que se detenga un poquito, sólo un poquito de tiempo, el necesario para que nos enganchemos. Luego seguirá su camino, pero mientras tanto....

sábado, 5 de febrero de 2011

¿Qué pasa contigo que atropellas mis rincones? ¿Qué pasa contigo que haces que la vida se paralice por segundos?

Jamás permitas quedarte horas esperando a alguien que nunca vendrá, aunque lo haya prometido....

Por ahí Sagan dijo que amó hasta estar a punto de la locura, y que sin embargo para ella, esa locura era la única forma sensata de amar. Cuidado, que eso puede ser un arma de doble filo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Que le jodan a la coherencia. Que le jodan a las reglas establecidas y al seguir el camino marcado. Que le jodan al tener que controlarse, y tener que controlar tus pensamientos (que es lo peor).
Que hoy es el momento que se vive, y qué importa lo que pase mañana? No sabes de hecho, si habrá un mañana. Así que ¿por qué no?
Qué coño, que le jodan a las explicaciones.

lunes, 17 de enero de 2011

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Qué tremenda sensación saberte en medio de la nada y tener sed. ¿Y entonces, de dónde sacas agua? Yo nunca supe distinguir un peral de un manzano, cómo voy a saber debajo de qué duna hay agua.
Que sensación encontrarte con caras conocidas y no ser capaz de contar a nadie lo que te pasa, no tener ganas de hablar, de mirar a nadie. ¿Dónde exactamente acaba lo ficticio y empieza lo real?. Lo reconozco, tengo una crisis de sentimientos. Una crisis de humanidad. De corazón.
Ya no distingo si vivo o sobrevivo, no aguanto ni yo mi propia ironía, esa que en este momento me taladra la cabeza.
Me da la sensación de que nada es real. Igual me he pasado con los alucinógenos.
Ya va siendo hora de despertar, malditas hormonas.

A los camiones de basura les gusta hacer a ruido a las tantas de la mañana porque es lo que hay, y hoy envidio a esos malditos camiones que no se cortan, que hacen ruido y se dejan sentir, que al menos reconoces sin que haga falta mirarlos. Me pregunto si habrá alguien sobre la Tierra capaz de actuar como esos puñeteros camiones de basura.
Nunca entendí el motivo por el que la gente actúa como actúa, quizá sea yo la loca, me cuesta creer que sea la única cuerda sobre el planeta. Qué maldición. Ojalá la regadera más grande fuera la mía y así no me asustara comprobar día tras día que la humanidad sólo es un concepto, que todo es pura teoría, que las personas se mueren y consigo se llevan esperanzas y sentimientos de quien en algún momento de su vida contaron con ellas. O quisieron contar con ellas.
Ojalá algún día entienda cual es el puto motivo de la existencia.

domingo, 16 de enero de 2011

Ahí me tenéis en uno de esos días en los que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima.

Yo sé que siempre hay salida, pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecha una porquería. Pasan los años, los proyectos, los sueños...¿Recuerdas cómo querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera. Todo es mucho más complejo.
Responsabilidades, luchas, deberes...Sonreír cuando no te apetece... Mentir para no hacer daño a la gente que quieres. Fingir cuando perfectamente sabes que te mienten.

¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres? ¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente?
He sido un cobarde disfrazado de valiente. Siempre pendiente del qué dirá la gente.
Escondo mis miedos para parecer fuerte. Pero ya no más, es hora de ser consecuente porque...
Porque creo que lo he visto, amigo, y...

Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.

Con esto me hago una promesa: Y es hacer lo que sea para encontrar soluciones, no problemas. Sé que no soy perfecto. Bien, no me castigaré más por no serlo.
Voy a aprender a decir que no, a aceptarme como soy, a medir el valor. Porque a veces fui valiente por miedo. Sé que suena extraño, pero ¿sabes qué? Lo peor de todo es que es cierto.
Hoy busco dormir a gusto. No suena muy ambicioso, pero créeme, es mucho.

Llevo treinta años estudiando la vida. ¿Que no hay mal que por bien no venga?
Eso es mentira.

Me centraré en lo importante: En mi familia, mis amigos, mi pasión por el arte... Aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando, porque estar de bajón es humano.
No pienso rendirme ante ningún problema. Confío en mí y soy capaz de vencer lo que sea. Volveré a caer millones de veces, pero siempre volveré a erguirme, porque me di cuenta de que,

Quizá la clave para ser realmente libre sea:
Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo..